27 ago 2019

HE VUELTO...

Dicen eso de Año Nuevo Vida Nueva, bueno, en mi caso se podría decir, Situación Nueva Vida Nueva. Después de eliminar y decidir empezar de cero me he decidido por hacerlo hoy. Recomenzar mi Blog, con mi vida como espejo, con mis reflexiones, mis opiniones, mis vivencias, mis opiniones. Tal vez porque todo ha cambiado en un año, tal vez demasiado, y porque, después de dar un giro a mi vida de ciento ochenta grados se confabula el destino y a esa Vida Nueva le tengo que añadir que en veinte días cumpliré cincuenta y cinco años, una cifra redonda que media la cincuentena y la sesentena, y espero cumplirlos, porque veinte días, depende a qué edad, pueden ser muchos años, un espacio de tiempo demasiado largo. Una edad que me llega bastante trillada, que me ha enseñado a abrir ojos y cerrar puños... pero eso lo dejo para mi reflexión cumpleañera. Por lo pronto vuelvo a escribir por aquí después de un tiempo corto que me sirvió para decidir que no quería montones de visitas, que no quería montones de países, que soy doméstica, una ama de casa de andar por la misma. Que deseo lo reducido porque lo que no controlo me doblega y me satura. Y aquí estoy girando también este Blog, dispuesta a que no me lea nadie o a que lo hagan de vez en cuando, a no vivir pendiente de cuántos, sino de estar cómoda mientras tecleo, a decir lo que pienso aunque no sea ni política ni socialmente correcto, no me importa, lo único que me gusta es escribir, y eso sí que lo haré, sin la presión de si son muchos lectores o pocos, quiero los justos, los que realmente disfruten de lo que escriba. Mi situación personal ha cambiado, por lo tanto también cambiarán algunos puntos de vista, algunas reflexiones, algunos comentarios. Cambié mi estado, porque la vida es un continuo cambio, no envidio a quien no cambia ni a quien lo hace, porque a la postre, lo que queda, es lo que cada uno haya vivido y disfrutado. Así pues, poniéndome las pilas, cambiando también el diseño de mi Blog, os doy la bienvenida a quienes sigáis leyéndome. He abierto esta nueva etapa con una reflexión personal sobre un artículo sobre las relaciones que se inician pasados los cincuenta, algo que me toca demasiado de cerca, como siempre es una opinión subjetiva, porque siempre escribo desde la subjetividad, me llena el alma escribir desde y con el corazón, la mente la dejo para los eruditos y los filósofos. Espero que el camino sea próspero y largo, y me deje la estela de la seguridad personal y del crecimiento emocional, para todo lo demás tengo a personas reencontradas, amistades redescubiertas, contactos que han vuelto a mi vida y que han hecho que sea más amplia, más extensa, más rica y más plena... Gracias siempre.

DESPUÉS DE LOS CINCUENTA... (Retomando desde cero)

Hay un artículo por ahí que dice que a los cincuenta es complicado encontrar pareja estable... Bueno, supongo que sí, a partir de los cincuenta todos venimos con años y daños, con taras de la vida y mochilas cargadas de manías y de imperfecciones. Adaptar las nuestras a otra persona conlleva riesgo, esfuerzo, paciencia y una lista interminable de sacrificios varios que nos hacen estar en guardia al principio, o relajarnos y disfrutar del paisaje aceptando que cada persona es un mundo y que nadie somos perfectos. Hay un pequeño fallo de comprensión, y es que todos creemos que nuestros hábitos y nuestras manías son las mejores, por lo que las que trae el susodicho son insoportables, eso es lo que yo llamo el egoísmo maduro, porque a cierta edad, igual que los niños, nos vamos volviendo egoístas, queremos que nos quieran mucho tal y como somos, pero a la hora de querer mucho tal y como son nos cuesta un poco. El mismo derecho tenemos que tienen, es decir, el respeto al espacio, a nuestros hábitos y nuestras costumbres. A los cincuenta y después acumulamos pasados, otro "gran escollo" para la fluidez confiada de una relación. Nos gusta, o eso decimos, que nos sean sinceros, pero en ocasiones una cuota demasiado extensa de la sinceridad nos crea desconfianza, celos y recelos, como si nosotras no tuviéramos nuestros propios pasados vividos y disfrutados. Cuando son sinceros y nos cuentan todo, con pelos y señales, esto es, con diferencias, disputas, infidelidades, canitas al aire o secretillos vividos anteriormente podemos comenzar a pensar que nos harán lo mismo, por lo que se nos puede disparar la lucecita del desasosiego, que lejos de cimentar y de estabilizar nos va a hacer dudar de todo o casi todo... A veces somos injustas, pedimos lo que, en teoría, deberíamos de gestionar bien, es decir, hemos pasado los cincuenta, ya queda poco para el regocijo masculino de los treinta o primeros cuarenta, cuando un señor de más de cincuenta, rondando los sesenta, decide una relación con una señora que ronda los sesenta es por "algo", y deberíamos de ir pensando que ese algo se aleja mucho de las imágenes con fotoshop, de la dureza de los glúteos y de la tersura de los pechos, tontas no somos, el tiempo lo deja caer todo, y si nos miramos al espejo y vemos arruguillas, y vemos michelines, y vemos imperfecciones tendríamos que comenzar a pensar que, por el físico precisamente no es, al igual que les sucede a ellos. Porque ellos también podrían desconfiar si se miran al espejo y ven las barriguillas cerveceras, las calvicies, las patas de gallo (que también las tienen) y la caída de otras ciertas partes, que también comienzan a caerse... Después de los cincuenta una relación puede ser todo lo placentera, lo confiada, lo alegre, lo vital, lo mutua y lo enriquecedora como seamos nosotras. Pero es verdad que cuesta, que te surgen mil dudas, que se crean mil preguntas, que nos volvemos exigentes, no sólo nosotras, también ellos, hemos conquistado nuestro espacio, somos plenas, queríamos libertad y por fin la hemos conseguido, y queremos preservarla, y ahí estamos, viviendo nuestra madurez dorada, difícil renunciar a nada, pero es verdad que a veces las renuncias a una parte te aportan crecimientos personales en otras partes... No estoy de acuerdo con el artículo leído en que después de los cincuenta nos volvemos cómodos, creo que es una década vitalista, creativa, tremendamente sincera, cuando nadie nos calla, pero es una edad en la que si se decide comenzar una relación puede ser mucho más segura que las que nacen a los treinta, cuando lo sexual manda demasiado y lo emocional pasa al segundo plano... Pues nada, yo animaría a las señoras mayores de cincuenta a que descubran cuánto de conquistadoras pueden ser, cuánto de alegres, de risueñas, de amantes, de compañeras, eso sí, después de conocer todo sobre quien llega, aunque moleste un poquito descubrir pinceladas no gratas, mejor así, confesadas, a que te asalten a la vuelta de la esquina en una sorpresa que puede molestar más... Somos cincuentañeras, con todo el bagaje acumulado, y dispuestas a ser sesentañeras llenas de vida y de mucho más bagaje, y si se vive con alguien que te complementa y te balancea el mundo mucho mejor...

  Ha llegado el naranja otoñal que preludia al invierno, el quebrado naranja de las hojas que piso, caminando desnuda y esperando los hiel...