15 dic 2019

LA VALENTÍA... (Reflexión personal)

Hay que reivindicar la valentía, esa que se esconde entre las uñas y en los poros de la piel, que nos grita que nos lancemos y que acallamos con el miedo que cierra grietas.
Desoír a quien lanza la misma cobardía disfrazada de frases tan cautas que asustan, no olvidar jamás que la cobardía se contagia, que los cobardes inoculan el gas que almidona, y acostumbra, y acartona, y frena...
Los cambios son necesarios, si no se cambia no se evoluciona, se enquista la rutina y se mal forman los sueños.
Atreverse a cambiar el rumbo, porque cuando el barco se ha detenido en alta mar no se moverá si no hay un golpe de timón que lo despierte del letargo... Y aceptar las dudas, saber que puede que se fracase, pero tener la conciencia de que el fracaso es resultado de la acción, el resultado del movimiento, cuando nadie fracasa, cuando nadie cae, quiere decir que su vida fue estática, que no se movió, que permaneció impasible, tampoco es sano la conformidad del alma, el alma debe de ser rebelde, el espíritu debe de rebelarse de vez en cuando, y aprender a caer para conocer el poder interno que conlleva levantarse...
Hablar de cambios, del miedo de quien se mueve, de los riesgos de moverse, de la incertidumbre y de las noches en vela, pero sobre todo comprender que no es lo mismo Vivir que Acostumbrarse, de vez en cuando es bueno abrir la puerta y salir fuera, porque lo de dentro, la mayoría de las veces, ya nos lo conocemos y dejó de asombrarnos, de sonreírnos, de sorprendernos, de empujarnos...

  Ha llegado el naranja otoñal que preludia al invierno, el quebrado naranja de las hojas que piso, caminando desnuda y esperando los hiel...