6 dic 2019

Y ENTONCES DESCUBRES...

Y entonces descubres que no importan cuántas dietas hayas hecho, ni siquiera si han funcionado, que da igual el contorno perdido de la cintura, la celulitis del trasero que ya se cae a ojos vistas... 
Descubres que no importan cuántas cremas hayas usado, ni a los centros de estética que hayas acudido, que las patas de gallo están ahí y se encogen cuando sonríes, y que da igual si tienes que acudir más habitualmente a tapar tus canas... 
Descubres de repente que hay unos ojos que te miran distintos, que saben que todo eso ha pasado porque el tiempo pasó por encima, pero ha descubierto, sin que tú te dieras cuenta, de que tu risa "le pone", de que ya no se excita por unas curvas exuberantes sino por una risa incontrolada, de esas que da la madurez, porque esos ojos han descubierto que su trasero también se cae a ojos vistas, y sus patas de gallo se arrugan al verte reír a ti. Es así de simple... 
Hay un día en el que descubres que una mano acaricia tu cabello mientras ve la televisión, por el simple placer de tocar algo tuyo, que no necesita que tengas un tanga imposible, porque, por raro que parezca, también "le pone" un viejo pantalón de chandal... 
Y descubrir que discutir no es tan malo, ni tan hiriente, porque se descubre que en mitad de una discusión se suelta un beso perdido, cuando ya creías que la boca, esa a la que se le han fruncido las comisuras de los labios, es todavía capaz de responder con un largo beso con lengua, como a los quince, y no pasa nada... 
Porque las arrugas, la celulitis, las canas, te han dado el poder para descubrir que nada cuenta más que las ganas, y que el Amor, después de todo, no era la ropa sexy, ni el cuerpo firme, ni el maquillaje perfecto, el Amor era algo así como lo que estás viviendo ahora, cuando has descubierto, de repente, que sigues siendo visible porque el corazón, precisamente, entiende sólo de lo que hay detrás de tu mirada...

Encarni Barrera

  Ha llegado el naranja otoñal que preludia al invierno, el quebrado naranja de las hojas que piso, caminando desnuda y esperando los hiel...